sábado, 10 de julio de 2010

Cusco, la ciudad más cosmopolita del Perú





Por Juan Carlos Lázaro (Xinhua)

Su alto flujo turístico, que supera el millón de visitantes al año, convierte al Cusco en la ciudad más cosmopolita e internacional del Perú, superando en este aspecto a Lima, la capital y la urbe más moderna de este país andino.

Son fundamentalmente dos las razones por las que el Cusco es la ciudad más visitada por los turistas extranjeros que llegan a este país: fue la capital del legendario Imperio de los Incas, y en su ámbito se halla la imponente ciudadela de Machu Picchu, reconocida como la tercera entre las siete nuevas maravillas del mundo.

Pero más allá de Machu Picchu, Cusco concentra un pasado histórico entre épico, esplendoroso y trágico y está inundada de sitios arqueológicos como los de Sacsayhuamán, Choquequirao, Ollantaytambo, Wiracocha, Qenko, Pukará, Tambomachay, etc., por lo cual se le considera también la “Roma de América”.


Esta ciudad, cuyos arquitectos la configuraron como un puma, se halla a 1.106 kilómetros al sur este de Lima, en la vertiente oriental de la Cordillera de los Andes, a 3.400 metros sobre el nivel del mar, exactamente en la cuenca del río Huatanay, con un extremo que penetra en la Amazonía.


Su población, de un poco más de medio millón de habitantes, es triplicada por el flujo de turistas que la visitan cada año, procedentes de diferentes lugares del mundo, al punto que un agudo observador describió al Cusco actual como una nueva Babel o el lugar donde se confunden todas las lenguas del planeta.


Pero ese flujo de millón y medio de visitantes al año se incrementará con 60.000 nuevos turistas, brasileños sobre todo, cuando en los próximos meses se inaugure el tramo de 1,100 kilómetros de la Carretera Interoceánica Sur que unirá al Cusco con la ciudad carioca de Río Branco.


El titular de la dirección regional de Comercio Exterior y Turismo del Cusco, Jean Paul Benavente, señaló que ofertar el producto Amazonía-Andes-Pacífico será la primera meta para impulsar el desarrollo del sector turismo de Perú y Brasil.


Para ello se requiere generar los paradores turísticos (lugares de descanso y comercio) en zonas claves como Quincemil o Marcapata en el Cusco, e involucrar en esta tarea a los distritos aledaños que sufren índices muy altos de extrema pobreza y analfabetismo, dijo.


Pero Cusco no sólo atrae por sus monumentos arqueológicos, sino también por su pasado colonial, cuyos impertérritos testimonios, visitados por millones de turistas, lo constituyen los diversos templos religiosos y las mansiones levantadas por los españoles sobre las construcciones incaicas.


Entre los más impresionantes figuran la Catedral, levantada sobre el palacio del inca Wiracocha y que contiene una de las mayores colecciones de arte colonial del Perú, y la iglesia de la Compañía de Jesús, edificada sobre el palacio del Inca Huayna Cápac, cuya fachada se muestra como alto ejemplo del barroco andino.


Otros son las iglesias La Merced, también de estilo barroco, que atesora en uno de sus aposentos un crucifijo (custodia) de oro de 1.30 metros de altura con 1,500 diamantes, y la de Santo Domingo, construida sobre el gran templo incaico del Coricancha, y que posee una pinacoteca muy valiosa con lienzos de los siglos XVII y XVIII.

Asimismo atraen a los turistas la iglesia y el monasterio de Santa Catalina, la iglesia de San Blas, el monumento al Inca Pachacútec, el palacio arzobispal, el palacio del Almirante, la Casa de los Cuatro Bustos, la casa del inca Garcilaso de la Vega y el beaterio de las Nazarenas.

Aparte de sus 10 museos, altamente instructivos, entre los atractivos del Cusco también están los mercados artesanales ubicados en la calle San Andrés, en la Plaza de Armas, en la avenida El Sol y en la calle Triunfo.

Pero al margen del turismo, hay tres factores que hacen pensar que el Cusco puede estar en vísperas de un gran despegue económico si sabe negociar la explotación de sus recursos naturales, tal como ha advertido el analista de temas políticos y económicos Alfredo Barnechea.


El primero son las reservas probadas de gas natural en los lotes 56 y 88 del yacimiento de Camisea, que según la consultora Netherland, Sewell & Associates, Inc. (NSAI) ascienden hasta 15.92 trillones de pies cúbicos (TCF), cifra que aseguraría este recurso por 40 años.


Segundo es el impulso de la explotación del cobre de la mina Tintaya, que al año produce 300.000 toneladas métricas de concentrados de cobre, lo cual representa el 12,1 por ciento del total nacional de producción de este metal.


Y tercero es la construcción de la carretera Interoceánica Sur que representa una oportunidad para vincular a los agricultores, ganaderos, artesanos e industriales de Cusco, Puno, Arequipa y Madre de Dios con el gran mercado de Acre, Rondonia y Mato Grosso de Brasil.


Según la arqueología y la antropología, el Cusco habría surgido como consecuencia del colapso del reino del Tiahuanaco, que floreció en la altiplanicie sudamericana, a orillas del lago Titicaca, el cual también sería venerado por los incas.


Unos 500 hombres provenientes del altiplano se habrían establecido paulatinamente en el valle del río Huatanay, proceso que culminaría con la fundación del Cusco.

Aunque se desconoce la fecha exacta, por vestigios hallados en el lugar se ha acordado que el emplazamiento donde se ubica la ciudad ya se encontraba habitada hace 3000 años.

En cambio, su emplazamiento como capital del Imperio Inca o del Estado del Tawantinsuyu data de mediados del siglo XIII, por lo que el Cuzco aparece como la ciudad habitada más antigua de toda América.


Su fundación, alrededor del año 1200 después de Cristo (d.C.), está envuelta en la leyenda y se le atribuye al primer jefe del Estado inca, Manco Cápac y a su hermana y esposa, Mama Ocllo, quienes “surgieron de las espumas del lago Titicaca como hijos del Sol”.


Cusco, una denominación que no se sabe si es quechua o aymara, significa “ombligo” o centro del mundo.


Otras hipótesis indican que el fundador del Cusco fue Pachacútec, el noveno inca o emperador, con quien a la vez se inició la expansión del Tawantinsuyu y su hegemonía sobre otras culturas regionales que le antecedían en creación.


A la llegada de los españoles, a fines de 1533, el Imperio de los Incas se extendía desde la ciudad de Quito (capital de la actual república de Ecuador) hasta el río Maule, en la zona central de Chile.


La fundación española del Cusco, a cargo del conquistador Francisco Pizarro, quien la llamó “noble y grande”, ocurrió el 23 de marzo de 1534, un año antes de la fundación de Lima, proclamada desde su inicio como capital del Perú.

En 1536 Manco Inca inició una guerra muy larga y sangrienta para echar de su reino a los invasores, por lo que primero incendió y después sitió el Cusco durante varios años.

Esa guerra concluyó en 1572 con la derrota de Tupac Amaru I, el último emperador de la dinastía inca.


El 4 de noviembre de 1780, José Gabriel Condorcanqui, un indio de noble estirpe que se hacía llamar Túpac Amaru II, se levantó en el Cusco contra el dominio español, dando así el primer paso en el proceso de la independencia de las colonias de España en América.


A partir de la independencia del Perú, en 1821, Cusco se convirtió en el eje del desarrollo de su zona sur andina, impulsado principalmente por la textilería, la ganadería y la agricultura.


En 1911, el explorador norteamericano Hiram Bingham comunicó al mundo científico su “descubrimiento” de Machu Picchu, la ciudadela incaica que ya había sido visitada por otros viajeros como el peruano Agustín Lizárraga Ruíz, quien nueve años antes de Bingham abrió el camino para llegar a esas ruinas.


En la segunda década del siglo XX, el Cusco fue el centro de un vigoroso movimiento de intelectuales indigenistas que produjo literatura, sociología e historia y cuyo programa de ideología socialista apuntaba a la recuperación del indio y a la revalorización del pasado incaico.


En 1933 el Congreso de Americanistas realizado en Argentina declaró al Cusco "Capital Arqueológica de América del Sur".


En 1978 la Séptima Convención de Alcaldes de las Grandes Ciudades Mundiales, realizado en Milán, Italia, declaró al Cusco "Herencia Cultural del Mundo", y el 9 de diciembre de 1983, en París, la UNESCO la declaró "Patrimonio Cultural de Humanidad". (Fin).