jueves, 8 de diciembre de 2011

Se trata de un poeta e investigador literario prácticamente desconocido en el Perú, pero su libro Rayuelo fue elogiado por Gabriela Mistral antes que la poeta chilena fuera galordonada con el Nobel de Literartura.


Abraham Arias Larreta
o la añoranza de la tierra natal




Por Juan Carlos Lázaro

El nombre de Abraham Arias Larreta, pese a sus facetas de poeta, investigador literario y compositor, es prácticamente desconocido en el Perú. Ello tal vez se explique por sus largos años de exilio y por haber desarrollado gran parte de su trabajo docente en el extranjero, donde también murió. Sin embargo, sus obras de investigación, especialmente las dedicadas a las “literaturas americanas aborígenes” –en las que se convirtió en una autoridad- aún despiertan el interés de estudiosos de los Estados Unidos y de Argentina, donde han sido reeditadas varias veces.

De la vida, las costumbres y el paisaje pueblerino de Santiago de Chuco, una provincia de la sierra norte del Perú donde había nacido el 21 de mayo de 1908, Arias Larreta haría precisamente el motivo principal de su poética, tanto en la narrativa, como en el verso y la música1. Huelga decir que en Santiago de Chuco también había nacido en 1892 César Vallejo, considerado el mayor poeta del Perú, cuya nostalgia por el terruño, la infancia y el hogar es una constante en su obra.

Arias Larreta se graduó de profesor en el Instituto Pedagógico Nacional de Lima y ejerció la docencia en la Universidad Nacional de Trujillo en la que dictó la cátedra de Literatura Peruana. A esta etapa corresponden sus primeros títulos: Las voces que recogió mi meridiano o Cuentos cholos (1932). De este último libro se dice que sería uno de los primeros en introducir la palabra “cholo” en la narrativa peruana con una connotación afectuosa y de identidad étnica, diametralmente opuesta a su connotación despectiva como entonces se le usaba. A este momento también pertenecen sus Estampas santiaguinas (1937), así como los poemarios La baraja de cholo, El hondero de la laja encendida y Rayuelo (1939).

Rayuelo está considerado su más importante aporte a la poesía peruana. Es un poemario que recrea en sus versos la inocente y tierna emoción de la infancia con el trasfondo paisajístico de su terruño natal. Esta característica lo emparentará con otro poeta de similar registro lírico, Luis Valle Goicochea, nacido en 1910 y, por extraña coincidencia, en una provincia –Pataz- vecina al pueblo de Arias Larreta. Rayuelo sería elogiado por Gabriela Mistral en 1944, es decir un año antes que la poeta chilena fuera galardonada con el Nobel de Literatura.

Militante del Partido Aprista Peruano (PAP) en una de las etapas más difíciles de este movimiento político -que surgió con una prédica antimperialista-, Arias Larreta integró el grupo de “Los poetas del pueblo”, auspiciado por aquel partido en los años posteriores a 1945. Al grupo de “Los poetas del pueblo” también pertenecieron, entre otros, Alberto Hidalgo, Nicanor de la Fuente, Mario Florián, Julio Garrido Malaver, Gustavo Valcárcel, Manuel Scorza y Juan Gonzalo Rose. La persecución contra sus ideas políticas lo llevará al destierro en esa época. Luego entrará en divergencia con la dirección de su partido, lo mismo que Ciro Alegría, el notable autor de El mundo es ancho y ajeno, hasta renunciar ambos a sus filas.

Después de una temporada en Puerto Rico, en cuya universidad también ejerció la docencia, parte a los Estados Unidos y se incorpora a la plana docente de la Universidad de Missouri (Kansas) donde se desempeñará como profesor del departamento de Literatura y Lenguas Extranjeras.

En la cátedra norteamericana, Arias Larreta se entregará con gran disciplina a la investigación sobre las “literaturas americanas aborígenes” y a la literatura colonial hispanoamericana, hasta convertirse, como ya se dijo, en una autoridad de la primera materia. Llegó a realizar estudios que aún ahora, en pleno siglo XXI, se consultan y se demandan, principalmente en Estados Unidos y Argentina, entre cuyos títulos podemos citar Literaturas Aborígenes de América (que comprende estudios sobre las literaturas orales de aztecas, incas y maya-quiches, con ediciones de 1951, 1962 y 1968), Pre Columbian Literatures (1964), Historia de la literatura indoamericana (1964), From Columbus to Bolívar (1965), Literatura Colonial (1970), etc.

Este polifacético autor peruano, desarraigado físicamente de su país durante más de 40 años, pero en todo momento con el alma entrañablemente unida a él, y específicamente al terruño que lo vio nacer, murió en los Estados Unidos el 24 de octubre de 1980.



1Ya en 1947 había publicado el ensayo Folklor nor peruano y, posteriormente, recopiló sus composiciones en dos long play: Marineras y serranitas y Nuevos valses peruanos.